HÉRCULES
Heracles,Héracles(en griego antiguo Ἡρακλῆς, Hēraklḗs, del nombre de la diosa Hēra, y kleos: ‘gloria’ es decir ‘gloria de Hera’) o Hércules (en la mitología romana) era un héroe de la mitología griega. Era hijo de Zeus y Alcmena, una reina mortal, hijo adoptivo de Anfitrión y bisnieto de Perseo por la línea materna. Recibió al nacer el nombre de Alceo o Alcides, en honor a su abuelo Alceo (Ἀλκαῖος, Alkaios);si bien esta misma palabra evoca la idea de fortaleza (griego άλκή).
Fue en su edad adulta cuando recibió el nombre con que se lo conoce,
impuesto por Apolo, a través de la Pitia, para indicar su condición de servidor de la diosa Hera.7 En Roma, así como en Europa Occidental, es más conocido como Hércules y algunos emperadores romanos ―entre ellos Cómodo y Maximiano― se identificaron con su figura.
HÉRCULES Y DEYANIRA
En la mitología griega Deyanira (en griego antiguo Δηϊάνειρα o Δῃάνειρα, literalmente ‘que vence a los héroes’) era la tercera esposa de Heracles, conocida principalmente por su papel en la historia de la túnica de Neso.
Deyanira era la hija de Altea y Oineo (rey de Calidón), Dioniso o Dexámeno. Cuando su hermano Meleagro murió, todas sus hermanas lamentaron su muerte en su tumba. Artemisa, enfadada, las tocó con su vara convirtiéndolas en pájaros, con la excepción de Deyanira y Gorge, que pudieron retener su forma humana gracias a la intervención de Dioniso.
Su padre la prometió en matrimonio al temible dios-río Aqueloo. Sin embargo Deyanira no era una princesa pasiva, pues «conducía un carro y practicaba el arte de la guerra», como señala Apolodoro, y no quería tener nada que ver con su pretendiente, quien podía tomar la forma de una serpiente o un toro. Heracles, el mayor héroe del antiguo mundo olímpico, luchó con Aqueloo por la mano de Deyanira y derrotó al dios-río. Posteriormente ella y Heracles tendrían una hija llamada Macaria. La historial principal de Deyanira es la de la túnica de Neso. Un centauro salvaje llamado Neso intentó violar a Deyanira mientras la ayudaba a cruzar el río Euneo.
Heracles vio lo que ocurría desde el otro lado de un río y le disparó una flecha envenenada al pecho. Agonizando, Neso mintió a Deyanira contándole que la sangre de su corazón aseguraría que Heracles le amase para siempre. Deyanira creyó sus palabras y guardó un poco de dicho veneno. Cuando su confianza en Heracles empezó a menguar, untó su famosa túnica de cuero con la sangre. Licas, el siervo de Heracles, le llevó su túnica y cuando se la puso, Heracles murió lenta y dolorosamente cuando ésta quemó (con llamas reales o por el calor del veneno) su piel. Desesperada al ver lo que había hecho, Deyanira se suicidó ahorcándose.
HÉRCULES Y MEGASA
Según la leyenda, Mégara era la hija mayor de Creonte, rey de Tebas. El rey Ergino de Orcómeno
había impuesto un tributo que consistía en la entrega de 100 vacas al
año por parte de los tebanos como ofrenda de paz, después de haber
causado muchas muertes entre los habitantes de Tebas. Durante una
batalla entre Tebas y Orcómeno, Heracles derrotó con sus propias manos a
Ergino y obtuvo como recompensa la mano de Megara, con la cual tuvo
varios hijos: Terímaco, Creontiades y Deicoonte según Apolodoro; Terímaco y Ofites según Higino u ocho hijos según Píndaro.
Heracles la asesinó junto con ellos después de que Hera le causara una locura temporal, motivo por el que tuvo que purgar su culpa y realizar sus famosos doce trabajos. Aunque existe otra versión de la historia, en la cual Mégara fue entregada a Yolao, sobrino de Heracles, cuando éste partió de Tebas para no volver más. No hay que confundir a ésta con Megera, una de las tres Erinias de la mitología griega, diosas infernales del castigo y la venganza.
HÉRCULES Y HILAS
A instancias de Hera, Hilas fue secuestrado por las náyades de la fuente Pegea (Misia), y desapareció sin dejar rastro (según Apolonio de Rodas). Ayudado por el argonauta Polifemo, que había oído el grito del muchacho al desaparecer, Heracles buscó a Hilas durante mucho tiempo. El Argo partió sin ellos, por lo que no participaron en el resto del viaje. Nunca hallaron a Hilas porque había recibido la inmortalidad de las ninfas acuáticas y permaneció con ellas